A mi segundo milagro

Sonríes, siempre sonríes (Smile, though your heart is aching, Smile, even though it's breaking, When there are clouds in the sky You'll get by).
No hay otra forma de describirte sino es como un puente hacia la felicidad en el mundo.
Dicen que te pareces mucho a mí, yo en verdad me resisto a creerlo cuando me sé humano y en ti, en tu rostro, veo siempre un portal hacia el nirvana de los incrédulos, la puerta hacia el llanto contenido de la vida que no es común, que no se queda sólo en los lagrimales, que recorre la espalda y golpetea el alma por dentro queriendo escapar y esparcirse por todo el mundo.
Eres la pieza que faltaba para terminar de dar sentido al estar. Tu hermano - el mismo que desde ahora se ha vuelto tu cómplice de por vida- inició el armado de este rompecabezas, tú lo terminas de enlazar formando la imagen de la estepa de los soñadores.
Desde el vientre de tu madre ya eras un rebelde, pateabas las barreras que te obstaculizaban el paso, hoy lo haces adelantando los tiempos de los tradicionales, balbuceando para humillar al silencio y mostrarle que hay un nuevo reinado, sometiendo a las cuerdas bucales ante el grito de un lenguaje tan secreto que sólo tú conoces.
Estabas preso en la creencia perene entre los adoradores de la imposibilidad, pero supiste cómo llegar, cómo encontrar el camino, no porque desearas dar una luz al mundo sino porque sabías que el mundo no existiría sin ti.
Mi Carlo, tan esperado y tan deseado como el primero de la dinastía, mi segundo lobo, que vinieron a crear mundo en el mundo, a imponer vida sobre la agonía, a propagar la oferta del amor sobre el dolor, de la esperanza sobre la derrota.
Pequeño Carlo, mi lágrima que no quema, mi mirada de sorpresa ante lo simple, mi eco en la eternidad, gracias por darme este regalo, por prestarme con tu hermano un poco de tu tiempo y un poco de tu vida, por el RCP al espíritu moribundo.
Papá está aquí aún nos queda tiempo juntos…ya no hay nada que temer.

Te ama tu Papá

Erick Emmanuel Almanza Ferrer